Nueva exposición del equipo colaborativo de arte multimedia que un grupo de 14 fotografías de la serie en curso Blind House así como dos nuevas esculturas, una de pequeño formato titulada Splitting, 2022 en referencia a la obra del mismo título que creó Gordon Matta-Clark en 1974, y una espectacular escultura de realidad aumentada titulada The Bird House, 2022. Las obras de la exposición retoman el tema del aislamiento de la cuarentena: la soledad que viene con la “fiebre de cabina” y las nuevas relaciones inesperadas hechas en ausencia de contacto humano.
El centro de esta última exposición es la serie Blind House que se expuso por primera vez en el Instituto de Humanidades de la Universidad de Michigan. «Cada una de estas 17 fotografías de casas a poca distancia de la ciudad de Nueva York ha sido alterada digitalmente para enmascarar las ventanas. Estas casas sin ventanas parecen carecer de almas, no son solo ciegas, como sugiere el título, sino que no tienen ojos». (Sharp, S. R. (2019, abril). Fotografias extrañamente inquietantes de casas sin ventanas. Hyperallergic.com. https://Hyperallergic.com)
La serie Blind House comenzó en 2013 y fue concebida como una metáfora de la opacidad radical necesaria para sobrevivir en la era del spyware, el robo de identidad, el jaqueo mental de las posverdades y noticias falseadas y vigilancia digital corporativa o estatal. Ahora, sin embargo, con más de dos años de pandemia en nuestro haber, esta serie de fotografías se lee menos como una metáfora y más como una serie de opciones reales en un catálogo de búnkeres pandémicos. Recomendamos que los visitantes descarguen la aplicación de móvil Adobe Aero en sus teléfonos antes de visitar la exposición para experimentar la escultura de realidad aumentada The Bird House, 2022.
EXPOSICIÓN / UNDER CONSTRUCTION / JUAN CARLOS ROBLES
Comisariada por Amparo Lozano
ARTE CONTEMPORÁNEO Sala de Máquinas Visitas: De lunes a viernes de 9 a 21h. INAUGURACIÓN: jueves 24 de marzo a las 20:30
El artista plantea simultáneamente la idea de ruina y la de proyecto en construcción para hablar del momento actual de la cultura en el contexto expandido de la globalización y de la necesidad de dotarnos de lugares de encuentro multiculturales. Para ello se desplaza a nuestro país vecino, Marruecos. Toma como motivo alegórico un edificio en obras que halla en su deambular por las calles de Tánger, el proyecto del Palacio de las Artes y de la Cultura de Tánger. Al registrar ese momento transitorio de la construcción pretende abrir una reflexión sobre los límites, tanto metafóricos como reales, para articular un espacio cultural de encuentro en el que podamos reconocernos a ambas orillas del Mediterráneo. Indaga sobre esa posibilidad de ser al tiempo que constata la fragilidad del cumplimiento de dicho deseo, en un momento violento, convulso y plagado de incertidumbres que afectan a los procesos de identificación individuales y colectivos.
Parte del trabajo de Juan Carlos Robles desde los años noventa se ocupa principalmente de hacer visibles los condicionantes de la formación del deseo, las crisis identitarias en sentido subjetivo y la visualización del paisaje psicológico como una forma de elaboración de estrategias de aproximación al Otro, en el momento actual de globalización massmediática de la cultura. A través de la fotografía, el vídeo, la escultura y la intervención en el espacio público abre una reflexión de carácter sociológico, psicológico, filosófico y político sobre la tensión antagónica que percibe entre el deseo de pertenencia y la fugacidad que impone el habitar en multitud contemporáneo en el actual periodo poscolonial.
Juan Carlos Robles Todo espectador es un cobarde o un traidor
Comisariada por Ana Navarrete
4.03.2022 – 15.04.2022
“El combate colectivo supone una responsabilidad colectiva en la base y una responsabilidad colegiada en la cima. Sí, hay que comprometer a todo el mundo en el combate por la salvación común. No hay manos puras, no hay inocentes, no hay espectadores. Todos nos ensuciamos las manos en los pantanos de nuestro suelo y el vacío tremendo de nuestros cerebros. Todo espectador es un cobarde o un traidor.” (Frantz Fanon; 155.)
Tánger fue una de las ciudades más Importantes del norte de África, sobre todo por su situación geográfica, a 14km del Estrecho de Gibraltar, puerta de entrada de Europa. Ciudad fronteriza entre dos mundos, dos continentes, dos culturas. Conocida hasta 1956 (fecha de la Independencia) como Zona internacional de Tánger. El Estatuto de Tánger fue firmado por España, Francia y el Reino Unido el 18 de diciembre de 1923 arrogándose la administración y legislación de la ciudad. Cinco años después se sumarían Italia, y posteriormente Bélgica, Países Bajos y Portugal. El Estatuto de Tánger se firmó en un contexto bélico, pre-guerra. La ocupación española en Tánger tuvo lugar en la Segunda Guerra Mundial, entre 1940 – 1945, el gobierno franquista disolvió el Estatuto y aplicó a todos los funcionarios fieles a la II República la persecución y represión. Finalizada la guerra en 1945 la ciudad recobró su estatus internacional.
La ciudad de los poetas, escritores, cineastas, pintores… celebrada por unos y otros como la ciudad misteriosa, exótica… Estereotipos derivados del propio proceso de colonización; Edward Said en su obra Orientalismo desmontó estos estereotipos ideológicos que imponen una visión eurocéntrica y parcial sobre el otro, exótico, misterioso… A su vez visibilizó como estos sesgos proceden de un campo de estudio erudito, dónde el oriental, el árabe, es considerado un sujeto malicioso, perverso “el Otro absoluto”. El “Otro absoluto”, según Edward Said, es el otro construido a través de las diferencias, con el objetivo de asegurarse la dominación, construyendo una imagen fija, inmutable del otro como inferior, irracional, salvaje y primitivo que era necesario civilizar, sin duda el estereotipo es la estrategia discursiva más importante del colonialismo. Sin embargo, Edward Said, nunca incluyó a España en sus análisis sobre el orientalismo. España es la otredad exótica de Europa.
Todo proceso de colonización conlleva ocupación de territorio y apropiación de bienes y recursos, y también impone su propia “cultura” (lengua, religión, leyes, modos de vida, costumbres…). Bajo el protectorado español se realizaron importantes proyectos urbanos y arquitectónicos en Tánger. En 1909 el puesto de ingeniero municipal de la ciudad fue ocupado por técnicos nombrados por el consulado español. Los arquitectos e ingenieros españoles de principios de siglo no aplicaron un modelo específico hasta los años 40, implantaron un modelo ecléctico: racionalista, art decó, art nouveau, modernista, de estilo metropolitano, en ocasiones con tintes neo-árabes, neo-andalusís. A partir de los años 40 el estado franquista impondrá un modelo de estilo barroco-herreriano muy adecuado a una idea de españolidad.
El Gran Teatro Cervantes de Tánger, inaugurado en 1913, es un buen ejemplo de la arquitectura art nouveau de principios de siglo. Este teatro impulsado por capital privado fue diseñado por el prolífico arquitecto español, nacido en Tánger y educado en París, Diego Jiménez Armstrong, que importó el estilo francés y lo aplicó por toda la ciudad. En 1928 fue adquirido por el Gobierno de Miguel Primo de Rivera, a partir de 1974 se alquiló por el ayuntamiento de Tánger por una cantidad simbólica, 1 dirham anual. El teatro estuvo hasta 2019 bajo titularidad del Estado español y en febrero de 2019 se donó irrevocablemente al Estado marroquí con la condición de que debía ser restaurado, conservaría el nombre y sería destinado “a fines de utilidad pública, de interés social y de promoción de la cultura tanto española como marroquí” (Peio H. Riaño) Asegurándose así la continuidad de la dominación cultural “Todo lo que sea implantación de nuestra cultura es correcto” (Peio H. Riaño)
Este teatro frecuentado y pensado para la importante colonia de españoles, fue un emblema fundamental de la cultura española en Marruecos. Hay que recordar que un tercio de la población de Tánger eran en estos años de origen europeo de los cuales más de 25.000 eran españoles. El teatro fue hasta los años ochenta del siglo XX el teatro más importante del norte de África, con capacidad para 1.400 personas.
“En 1918, Caruso, el gran tenor de todos esos tiempos, llegó una mañana de primavera a Tánger. También actuaron muchos actores como Estrellita Castro, Carmen Sevilla, Imperio Argentina, María Caballé, y la gran Catalina Berreno que simbolizó el canto y la danza clásica con las castañuelas en sus manos, escoltaba todos los espíritus sensibles. También actuó Antonio Machín, el gran cantante cubano; también un cantante popular en España, Manolo Caracol y Lola Flores, formidable intérprete del “Canto flamenco” y fue una estrella en la danza en «La niña de fuego
Más tarde, en 1944, Pepe Marchena y Juanito Valderrama, con pequeños ojos chinos y la voz fina y prolongada, se enlazaban con los acordes de unos guitarristas de Bulerías y de fandanguillos” (Mouna Aarab y Sarah Amarouchi)
El teatro también albergó fiestas privadas, reuniones y conmemoraciones de todo tipo al servicio de la comunidad española, hasta convertirse en un símbolo de identidad nacional.
El teatro está desde hace años abandonado, en completa ruina, lo que contrasta con los innumerables proyectos urbanísticos emprendidos en la ciudad bajo el Plan de Aceleración Industrial 2014-2020, de los cuales más de un 25% de ellos están construidos por empresas españolas. Entre las construcciones monumentales realizadas en este periodo destaca el megaproyecto Tánger City Center, construido por la empresa española Iveravante, y el Palacio de la Cultura y las Artes en Tánger que se creó con el objetivo de aumentar el capital cultural de la ciudad y atraer al turismo. Ambos situados a pocos metros de la playa de Malabata, el nuevo Beverly Hills de Tánger.
El proyecto expositivo que aquí presenta J.C. Robles lleva por título “Todo espectador es un cobarde o un traidor”, en clara alusión a la conocida frase del libro de Frantz Fanon de 1961 Los condenados de la tierra (Les damnés de la terre). Esta frase es una referencia directa al primer verso de La Internacional: Debout ! les damnés de la terre ! Debout ! les forçats de la faim! (Arriba, parias de la Tierra. En pie, famélica legión.) Los condenados de la tierra, aborda la complejidad de la descolonización y los procesos políticos emancipadores en África y es una llamada a la acción colectiva.
“El hombre colonizado que escribe para su pueblo, cuando utiliza el pasado debe hacerlo con la intención de abrir el futuro, de invitar a la acción, de fundar la esperanza. Pero para asegurar la esperanza, para darle densidad, hay que participar en la acción, comprometerse en cuerpo y alma en la lucha nacional. Puede hablarse de todo, pero cuando se decide hablar de esa cosa única en la vida de un hombre que representa el hecho de abrir el horizonte, de llevar la luz a la propia tierra, de levantarse a sí mismo y a su pueblo, entonces hay que colaborar muscularmente” (Frantz Fanon; 116.)
Este libro ha iluminado a numerosos movimientos de liberación anticolonialistas en todo el mundo. En 1968, la frase aparece al inicio de la trilogía cinematográfica “La hora de los hornos” de Fernando Solanas y Octavio Getino, integrantes del Grupo de Cine Liberación Argentino. Una influyente cinta sobre el colonialismo, la violencia y la liberación. Hoy este ensayo fílmico está considerado como un símbolo incuestionable de resistencia y es una magnifica reflexión sobre la identidad y las formas de violencia ejercidas sobre el pueblo. Un filme considerado por el propio autor como cine-acción. El cine entendido como acción política.
J.C Robles en Crossing Lines (2018) filmó el Palacio de la Cultura y las Artes en Tánger en construcción, en la exposición actual presenta dos proyectos audiovisuales vinculados con el anterior: Preludio, y Contra-público Tangerino (2022). Todo espectador es un cobarde o un traidor nos obliga a tomar posición. Nadie puede permanecer indiferente, nadie puede quedarse mirado como un espectador pasivo. La frase te interpela, te confronta.
Los dos primeros proyectos ponen en relación dos espacios de la ciudad, dos lugares, dos culturas y dos tiempos históricos, y traen al primer plano las relaciones, sociales, económicas y culturales que se establecen entre ambas. El Gran Teatro Cervantes y el Palacio de la Cultura y las Artes, se confrontan temporal y políticamente. El Gran Teatro Cervantes representa la ocupación española y el Palacio de la Cultura y las Artes representa la nueva expansión económica y demográfica en la ciudad de Tánger, un nuevo Eldorado para las empresas españolas. Mires donde mires hay grúas, camiones, edificios en construcción. En busca de la consolidación de la ciudad como un gran destino turístico, una imagen de construcción que confronta con la ruina.
En Preludio Emir Abdulah canta a un público inexistente, a un teatro vacío en ruinas, canta al amor perdido, canta a Palestina, canta a esta ruina del pasado colonial español. Alrededor de Emir Abdulah hay montañas de escombros, sillones rotos, vigas caídas, montañas de basura que nos hablan del pasado y nos empujan al futuro mientras el conjunto de ruinas va creciendo a sus pies.
En Contra-público Tangerino varias personas, de diferentes edades, nos miran, nos interpelan, nada sabemos de ellas, solo que es un grupo de personas que proceden de Tánger. Un contra-publico que se confronta con el público en la sala y nos exige analizar nuestra posición, nos obliga a preguntarnos por nuestra relación con el Otro, esa relación ambivalente que imprime el estereotipo colonial entre el deseo y rechazo.
Desestabilizar el estereotipo colonial es una tarea psicológica y política a la que se enfrenta el proyecto Todo espectador es un cobarde o un traidor.
“Ver la sociedad desde fuera y desde dentro, como un indígena y como un forastero, requiere sagacidad y cautela.” (Juan Goytisolo)
Ana Navarrete
Referencias:
BOE núm. 68, de 20 de marzo de 2019
Aplicación provisional del Protocolo entre el Reino de España y el Reino de Marruecos para la donación irrevocable de la propiedad del «Gran Teatro Cervantes» de Tánger, hecho en Rabat el 13 de febrero de 2019., páginas 27672 a 27673
Viernes 14 de enero 2022, 18:30 h / Friday 14th January 2022, 18:30 h 14.01.2022 – 25.02. 2022
Hasta que vea la tierra
Francisco Jarauta
Para la tradición clásico-romántica alemana el viaje se había constituido en el método por excelencia del aprendizaje y la escritura. Esta se inventa o se ensaya como relato de una experiencia entendida como descubrimiento o resonancia del tiempo de las cosas y de los hombres en la especial deriva a la que están sometidos los acontecimientos. No importa si este descubrimiento de lo otro acarrea el desconcierto o la emoción, la extrañeza o el entusiasmo. Es el viaje el que hace posible la experiencia y su formación, su Bildung.
Pero es importante señalar un cambio de actitudes entre los viajeros del Clasicismo y los Románticos. Los primeros eligen el viaje al Sur, al Mundo clásico, a Italia. Winckelmann, dedicado a ordenar las colecciones antiguas de Villa Albani, o Goethe asomado a la ventana del Corso romano, tal como aparece en el dibujo de Tischbein, pueden ser registros de esta pasión y aquel desconcierto. Los viajeros románticos eligen otro viaje. Es un viaje hacia la Naturaleza que se abre como horizonte infinito a la mirada de los nuevos viajeros. Parten de una nueva Naturphilosophie que los filósofos de Tübingen y Jena piensan en la transición del siglo. Es el contexto en el que Novalis, Kleist y el mismo Hölderlin, piensan. Frente a la armonía y equilibrio clásicos que Winckelmann defendiera en sus Gedanken, aparece ahora un mundo de sombras que recorren por igual el mundo natural como el de los sentimientos, ese mundo interior que las artes interpretan, música y poesía, literatura y pintura. Y lo que al principio parecía ser una fuga del orden clásico, se impone como el momento en el que nace una nueva modernidad. Cuando Caspar David Friedrich en 1818 pinta Der Wanderer über dem Nebelmeer, ‘El paseante sobre el mar de nubes’, ya expresa esa nueva Sehnsucht que orienta no sólo el sentimiento sino la mirada de un arte que construye su visión que repiensa el lugar del hombre en el mundo.
Atenta siempre a esa época y orientando su trabajo en diálogo con momentos principales de la tradición romántica, M. Ángeles Díaz Barbado, se cita ahora con una de las obras más sublimes de ese tiempo, como es el Winterreise de Franz Schubert, ciclo de Lieder sobre poemas de Wilhelm Müller. Sin duda se encuentra ante un momento decisivo. Schubert los escribe en los meses anteriores a su muerte, ocurrida en Wien en 1828 con sólo treinta y un años. La emoción, perplejidad de quienes escucharon por primera vez estos Lieder anunciaba la perfección absoluta de quien en su breve vida había sido el autor de composiciones memorables. Ahora, ante las puertas de su final su música desafiaba el tiempo citando al silencio a formar parte de esa música. El recuerdo del Adagio del Streichquintett, su tiempo lento premoniza ya esta música final. Se trata de un silencio que se identifica con el silencio de la Naturaleza, interpretándolo. Es así como partiendo del cuarto Lied, Erstarrung, ‘Congelamiento’, se componen estas silenciosas Variaciones sobre un tema único, los helechos del bosque. Aquí todo coincide, el bosque como metáfora privilegiada del mundo natural, el silencio que recorre el espacio de la noche y la sombra, el aparecer misterioso de los helechos plateados que tapizan la tierra, ellos los guardianes silenciosos de la Erde, de la tierra, como escribiera Kleist. Y todo compuesto desde otro silencio, el de la escritura. M. Ángeles Díaz Barbado vuelve a darnos una lección de su poética radical. Sobre el papel negro el dibujo suspendido en blancos y platas que acentúan el tono del invierno. Ella, tan próxima siempre a Thomas Bernhard, comparte con él el sentimiento de su Frost, ‘Helada’, aquel tiempo que abraza el mundo en su silencio y espera. Una forma de amor a la Tierra protegida ahora por los helechos guardianes.
Jueves 18 de noviembre 2021, 20 h / Thursday 18th November 2021, 20 h 18.11.2021 – 30.12. 2021
Antonio R. Montesinos lleva años embarcado en un proyecto que adquiere la metafórica condición de viaje. RLX. Sobre el lugar que soy podría ser considerado el trayecto final de una singladura en la que aspira a reconocerse como fruto del denominado Estilo del relax, del imaginario y conjunto de producciones (arquitectura, espacios para el recreo, diseño gráfico o infraestructuras) ligadas al ocio y al turismo que se desarrollaron en la Costa del Sol desde la mediación del siglo XX y durante varias décadas. Y aspira a reconocerse en él no sólo -ni meramente- como malagueño, sino como descendiente de migrantes que abandonaron el interior para establecerse en la costa y poder participar, ganando oportunidades mediante el éxodo, en este fenómeno socio-económico, símbolo local del desarrollismo. Quiere reconocerse, también, como vecino que experimenta un territorio profundamente transformado por la acción del turismo y sus derivaciones especulativas, así como un marco urbano en el que se tensionan e incluso degradan distintos parámetros habitacionales y demográficos. Este contexto o estas repercusiones, sin embargo, no pueden borrar el fascinante universo de formas surgidas, el valor patrimonial que hoy asumen muchos de esos bienes, que se hallan amenazados, así como la cualidad conformadora de la identidad de un medio ambiente urbano edificado a lo largo de la carretera nacional 340. Con el espíritu de un historiador del arte, Montesinos quiere poner en valor ese universo heterogéneo no sólo como colmatación estilística o fenómeno artístico, también lo entiende como un pasaje de ida y vuelta: resultado/producto de un proceso social, económico y artístico tanto como vía para llegar a esos factores en esa ruta para la (auto)comprensión.
El de Montesinos es, por tanto, un viaje tan científico –aquí la práctica artística se convierte en una ciencia social- como emocional. Documento y memoria parecen fundirse en su ejercicio. Para ello, como compañero de viaje, Juan Francisco Rueda hace las veces de comisario. Esta exposición, de hecho, viene a culminar más de una década en la que el Estilo del relax se ha convertido para ambos en recurrente tema de conversación y reflexión que les llevó a compartir distintas experiencias expositivas y de producción de conocimiento.
En RLX. Sobre el lugar que soy, Montesinos hace confluir algunos rasgos y procedimientos característicos de su poética con distintas nociones que quiere destacar del Estilo del relax, como su naturaleza de estilo de aluvión, de acarreo de materiales y de fórmulas arquitectónicas procedentes de la tradición vernácula y de la arquitectura del Movimiento Moderno que pasaban a fundirse de un modo absolutamente desprejuiciado, libre e incluso bizarro. Para ello, el artista ensaya una propuesta eminentemente escultórica en la que descompone algunos de los principales edificios-icono, con una gran carga vivencial para él, en un repertorio de soluciones formales, materiales y rasgos estilísticos.
PRESENTACION DEL LIBRO RECUPERAR EL TIEMPO. PROPUESTAS DESDE EL ARTE CONTEMPORÁNEO
Amador Fernández-Savater, Miguel Ángel Hernández, Mª Jesús Martínez Silvente, Javier Garcerá Prólogo Javier Garcerá, Isabel Hurley
Editores: Vicerrectorado de Cultura de la Universidad de Málaga y Fundación Málaga
Presenta el libro Jose Luís González Vera
Asisten: Mª Jesús Martínez Silvente y Javier Garcerá, autores Tecla Lumbreras, Vicerrectora de Cultura de la Universidasd de Málaga y Juan Cobalea, Presidente de fundación Málaga, editores
6 de noviembre , 12:30H Galería Isabel Hurley Feria del libro 2021
El libro Recuperar el tiempo. Propuestas desde el arte contemporáneo plantea una reflexión sobre uno de los problemas más graves que afronta el individuo de la sociedad occidental contemporánea: su dificultad para detenerse y gestionar su tiempo. La aceleración de los ritmos y la cada vez mayor utilización incontrolada de las tecnologías y de las redes sociales está provocando ya dependencias que precarizan la calidad de la vida cotidiana, casi no concebida ya más que en clave productiva. Por otra parte, es cada vez más frecuente encontrar en los foros internacionales del arte contemporáneo artistas que reivindican la materia, el proceso y el oficio como ejes incuestionables de su trabajo. Junto a propuestas herederas del conceptual que exigen una minimización y eliminación del objeto artístico, están conviviendo otros lenguajes objetuales construidos en base a un esmerado dominio de la técnica y a una manualidad que les permite recuperar la sensualidad de la materia como modo de estimular un tiempo que se apoya nuevamente en el ver.
En una sociedad sobresaturada de un tipo de imagen funcional que posee únicamente unos objetivos mercantiles y pragmáticos, frente a ese acelerado contexto en el que no es fácil filtrar los contenidos sutiles que nos bombardean y que recibimos de forma involuntaria, es necesario reflexionar sobre las respuestas que desde el arte contemporáneo se están dando, sobre la misma función del arte y la responsabilidad del artista respecto a ese vórtice acelerado en el que todos estamos inmersos. El libro profundiza en dicha precariedad del uso del tiempo en la sociedad contemporánea y su relación con ciertas propuestas artísticas que se enfrentan a dicha experiencia temporal.